jueves, 14 de abril de 2016

Marta Díez Gómez: Juan Pablo I. Por Javier Sánchez Villegas

Díez Gómez, Marta: Juan Pablo I. El misterio de Dios. Paulinas, Madrid, 2015. 155 páginas. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

Sencillo, pequeño, apto para todas las sensibilidades. Este libro es como Juan Pablo I: una delicia; pero corre el riesgo de pasar desapercibido entre tanto libro grueso como pueblan las estanterías de las librerías religiosas. Igual le pasó a Juan Pablo I con la figura arrolladora de Juan Pablo II, que casi le lleva al olvido. Marta Díez, la autora de esta biografía, se ha propuesto que esto no ocurra y, por lo menos en mi caso, lo ha conseguido. ¿Qué es lo que le ha podido llevar a escribir esta biografía? Probablemente, que el 17 de octubre de 2012 se celebraron los 100 años del nacimiento de Albino Luciani. Otro posible motivo es que se escuchan voces de gente que está empezando a establecer paralelismos entre el Papa Francisco y Juan Pablo I, tanto por cuestiones formales como de contenido (sobre todo, en lo referente al espíritu del Vaticano II), y esto está despertando el interés por su figura. No sé, vosotros juzgaréis.

Marta Díez Gómez (se dice en la tercera de cubierta) nació en 1978 en Madrid. Es profesora de Educación Primaria y tiene publicados artículos en revistas especializadas en pedagogía y ecumenismo. Esto es todo.

En el prólogo del libro, escrito por José Luis Díez, se dice que a la autora se le pidió que escribiera sobre el ecumenismo en Juan Pablo I. Para ella esto era un reto, sobre todo teniendo en cuenta que Albino Luciani estuvo como Papa solo 33 días. El hecho es que, rastreando en discursos, alocuciones, etc. se encontró con un personaje que, en germen, había dicho mucho sobre muchas cosas. Resultado de todo ello es este libro.

El misterio de Dios. Este es el subtítulo del libro. Muy apropiado, por cierto. Entre otras cosas, porque toda la vida de Albino Luciani fue un misterio, incluida su muerte. Dice la autora al final del libro (pág. 154): «Estos fueron los hechos. Algunos han escrito gruesos volúmenes tratando de explicar que la inesperada muerte del Papa Luciani, Juan Pablo I, sucedió por envenenamiento o algo similar. Pudo ser... Pudo no ser... Esas opiniones no afectan al objetivo de esta publicación: demostrar paso a paso que toda su vida estuvo envuelta por el misterio de Dios includo, naturalmente, su momento final».

Efectivamente, «en uno de sus últimos días el Papa Luciani había subrayado con naturalidad: El Señor ha hecho de mi vida lo que ha querido. Él mismo había palpado a diario este misterio de Dios, misterio en el momento de su nacimiento, en su gravísima enfermedad cinco años después, en otra diagnosticada de tuberculosis pulmonar, en su elección de obispo por el mismo Juan XXIII, en su llegada a la Sede de Pedro y en su misma muerte, fuera esta por las causas que fueran».

Sencillez, naturalidad, humildad. Estas fueron las constantes en su vida. Así lo caracterizaron todas las personas que lo conocieron, tanto las cercanas como las lejanas. De él dijo el Cardenal Villot, su Secretario de Estado: Hubiera llegado a asombrar a la Iglesia y al mundo. Seguramente tiene razón. No lo podremos comprobar. No obstante, parece que el Espíritu sopla en la misma dirección con el Papa Francisco. También es natural, humilde y sencillo. No solo en sus actos (que no es poca cosa), sino también en sus palabras. No tenéis más que acercaros a su última exhortación apostólica Amoris Laetitia para daros cuenta de ello. Gracias a Dios (nunca mejor dicho), corren nuevos tiempos para la Iglesia. Que disfrutéis de este libro. Os va a encantar. Hasta la próxima.



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