lunes, 25 de enero de 2016

Antonio Gargallo Gil: Ya no hay vuelta atrás. Por Javier Sánchez Villegas

Gargallo Gil, Antonio: Ya no hay vuelta atrás. Paulinas, Madrid, 2015. 327 páginas. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

- Padre, quiero confesarme.
- ¿Cuánto hace que no te confiesas, hija?
- Es la primera vez que me confieso en toda mi vida.
- [...] ¿De qué quieres confesarte?
- He matado a mi hijo y... en breve mataré a otra persona.
- Pero, hija, ¿qué te ha pasado para que hayas tomado tan drástica decisión?

Así comienza esta obra, al más puro estilo de las novelas de acción y suspense. Y, efectivamente, te cautiva desde el principio, hasta el punto de que no puedes parar de leer. Incluso, cuando la terminas, te quedas con cierto regusto de tristeza por haberlo hecho, porque no te habría importado que hubiera tenido cien páginas más. En este sentido, Antonio Gargallo, te felicito. Te ha salido una novela redonda.

A Antonio Gargallo Gil ya lo conocen los lectores de Libris Liberi. Hace ya tres años (el 29 de marzo de 2013), presentábamos en este blog un comentario a otra obra suya: El psicólogo de Nazaret (ver aquí). Por este motivo, no voy a decir nada de su biografía.

La novela tiene como protagonista a Arturo Muñoz, un arquitecto al que la crisis le ha afectado y se encuentra en el paro. Recurriendo a sus dotes literarias, se convertirá en un escritor de cierta fama, lo cual le aportará estabilidad económica y, en principio, le proporcionará todo aquello que una persona necesita para ser mínimamente feliz. Pero la historia se complica a la velocidad del rayo. Enamorado de Noemí, joven a la que conoce Arturo haciendo el camino de Santiago, este decide escribirle una carta en la que le expresa su amor. Pero la cartera que lleva la carta al buzón de la casa de Noemí, que se llama Noelia, la intercepta al darse cuenta de que Noemí es una antigua compañera suya de colegio que le quitó (involuntariamente) a su novio en la adolescencia. Noelia decide quedarse con la carta que va dirigida a Noemí. A partir de aquí se precipitan los acontecimientos, pues Noelia, la cartera, quiere vengarse de Noemí y hacerla sufrir, para que esta sepa por lo que ella pasó hace ya años. Solo que las cosas no siempre salen como uno tiene previsto.

No te puedo contar más del argumento, pues destriparía la historia, y es mejor que la vayas descubriendo tú mismo poco a poco. Te prometo que te enganchará.

De la novela me quedo con la caracterización de los personajes y con la profundidad de su tratamiento. Se nota que el autor es maestro y un gran amante de la psicología. Sin embargo, creo que peca un poco de maniqueísmo. ¿De verdad hay gente tan mala en el mundo, tan retorcida y sin escrúpulos? Supongo que sí, a juzgar por el libro. Pero esto contrasta con el resto de los personajes: todos tienen sus flaquezas, pero algunos son almas cándidas. Los buenos son muy buenos (sobre todo, Arturo y Noemí) y la mala parece la reencarnación misma del demonio. ¡Yo he llegado a odiarla!, aunque sabía que era un personaje de ficción (¿o no?). Entiendo que se nos presentan dos caminos en la vida: el camino del resentimiento, la negatividad, la desesperación, la inmoralidad, el egoísmo y la venganza; y el camino del amor, la entrega, la escucha y la generosidad. Obviamente, triunfa el amor. ¡Ojalá ocurriera esto también en todos los órdenes de la vida real! En fin...

El 2 de enero de 2016 (hace tres semanas) este libro fue presentado en Madrid en la librería Paulinas, acto al que no pude asistir, pues me encontraba fuera de Madrid. Y me dio rabia, pues tengo ganas de conocer personalmente a Antonio Gargallo. ¡Otra vez será! Pero no puedo renunciar a hacerle una pregunta: ¿Cuánto de biográfico tiene esta novela? Supongo que mucho. Quizá algún día el autor me conteste. 

Disfrutad de la novela. De verdad que merece la pena. Hasta la próxima.



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