viernes, 10 de julio de 2015

Paolo Scquizzato: Elogio de la vida imperfecta. Por Javier Sánchez Villegas

Scquizzato: Paolo: Elogio de la vida imperfecta. El camino de la fragilidad. Paulinas, Madrid, 2014. 97 páginas. Traducción de Adoración Pérez Sánchez. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

"La perla es espléndida y preciosa. Nace del dolor. Nace cuando una ostra es herida. Cuando un cuerpo extraño -una impureza, un granito de arena- penetra en su interior y la inhabita, la concha comienza a producir una sustancia (la madreperla) con la cual lo recubre para proteger el propio cuerpo indefenso. Al final se habrá formado una hermosa perla, brillante y preciosa. Si no es herida, la ostra no podrá producir perlas, porque la perla es una herida cicatrizada.
¿Cuántas heridas llevamos dentro? ¿Cuántas sustancias impuras nos habitan? Límites, debilidades, pecados, incapacidades, inadaptaciones, fragilidades psicofísicas... ¿Y cuántas heridas en nuestras relaciones personales? La cuestión fundamental para nosotros será: ¿qué hacemos con ellas? ¿Cómo las vivimos?".

Así comienza el libro de Paolo Scquizzato, yendo al grano, tocando la herida. No podía ser de otra forma. El autor dirige la casa de espiritualidad "Mater Unitatis" de Druento (Turín) y pertenece a la comunidad de sacerdotes del Cottolengo. Si alguna vez habéis ido al Cottolengo (solo en Madrid hay varios centros), sabréis que es un lugar en el que viven personas con una discapacidad psíquica y/o física cuyo denominador común es la falta de recursos económicos. Los religiosos que atienden a estas personas viven de la caridad, y no aceptan donaciones de dinero, sólo alimentos, ropa... Cuando estás allí, tomas conciencia de qué es lo esencial en la vida y descubres el valor de la vida humana. Eres importante porque existes. No por lo que tienes, o por tu nivel cultural (los títulos universitarios, idiomas, etc. allí no tienen ningún valor), o por... La comunicación se establece corazón a corazón. Y descubres tus limitaciones, tus fronteras, tus heridas... Ir a Cottolengo te enfrenta a tu propia realidad.

Este libro que comentamos surge de una experiencia profunda y continuada con los propios límites. Y justamente desde ahí cobra sentido su mensaje: no se trata de ser mejores sin más, no se trata de echar codos para ser "santos". Sólo el voluntarismo no tiene cabida en el camino de la vida. Más bien se trata de mirarte a ti mismo, de descubrir cómo eres, con todas tus virtudes y todos tus defectos. En defintiva, de vivir en la verdad. ¿Estás preparado para ello? En este sentido me encanta un anuncio de una compañía de seguros (no quiero hacer publicidad) que está dirigido a la gente normal; no a los perfectos, que no necesitan un seguro, sino a los imperfectos, es decir, a ti y a mí.

Pero, ¿todo el camino está recorrido si nos quedamos aquí? Evidentemente, no. No se trata de descubrirnos como somos para lamernos nuestras heridas. Se trata de abrirse a aquel que dijo que no necesitan médico los sanos, sino los enfermos. De ahí que el autor hable de la riqueza del límite, que haga un himno a la fragilidad, y, sobre todo, que pueda decir "nos basta su gracia". Todo esto aderezado con muchos pasajes bíblicos en los que podemos descubrir cómo Dios actúa, cuál es la lógica de la debilidad. El mismo San Pablo la experimentó en su propia carne, lo cual le llevó a decir de corazón: mi fortaleza reside en mi debilidad. O, ¡bendito pecado que mereció tanta gracia!

En fin, libro más que recomendable para todos aquellos que se sientan con heridas, limitaciones, pecados, fragilidades... Es decir, para todos. ¿O tú, querido lector, te piensas puro, inmaculado y sin tacha? Si es así, a ti te queda más camino que recorrer para vivir en plenitud. Al resto, abrirnos a la gracia de Dios y ser conscientes de que de una herida, limitación, etc. puede salir algo bello, digno y maravilloso. Como una perla. Como una flor en medio de la basura. Hasta la próxima.



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