lunes, 31 de octubre de 2016

Anna Funder: Stasiland. Por Jesús Ángel Rodríguez

Funder, Anna: Stasiland. Historias tras el Muro de Berlín. Roca Editorial, Barcelona, 2012 (edición original de 2001). 320 páginas. Traducción de Julia Osuna Aguilar. Comentario realizado por Jesús Ángel Rodríguez.

¿Qué diferencia hay entre un afecto y un enemigo?

Cuando estás ante un sistema totalitario, la diferencia entre afecto y enemigo es una fina línea. El dictador sólo quiere la adhesión inquebrantable, y en el momento en que, por azar, la quiebras, él te convierte en enemigo. No hace falta buscar ser un opositor al régimen, son ellos los que te convierten en opositor aunque tú no te lo hubieras planteado. Hoy día hay países que se disfrazan de demócratas para guardar las apariencias pero no lo son, como le pasaba a la RDA. Hay partidos políticos aquí o allí que dicen ser demócratas pero constantemente buscan la “agitprop” (agitación y propaganda) para, una vez ocupadas las calles, hacerse con el poder absoluto.

Llegué a este libro por un reciente viaje que hice a Berlín, gracias a la invitación de una buena amiga. La ciudad me impresionó tanto y me sentí tan a gusto que al volver estuve buscando lecturas que tuvieran que ver con la época del Muro. Me puse a leer y desde el primer momento me enganchó, y tanto que casi me he releído el libro sacando notas para mi archivo personal. Y he descubierto tantas cosas leyendo el libro que necesito volver a ir.

El libro cuenta la historia de la autora, que vivió en Berlín al poco de caer el Muro, y luego un par de años después, trabajando para una televisión, decidió hacer entrevistas a gente que había estado trabajando para la Stasi (Ministerio para la Seguridad del Estado, en alemán “Ministerium für Staatssicherheit”). La RDA fue el más perfecto estado de vigilancia de todos los tiempos. Llegó a contar con un informante o funcionario por cada 6,5 habitantes (la Gestapo tenía uno por cada 2.000 y el KGB uno por cada 5.830 personas).


La obra empieza con la intención de entrevistar a trabajadores y a colaboradores de los que conoceremos a un puñado de ellos, pero la parte principal contiene la historia real de cuatro personas que fueron enemigas sin quererlo del régimen. Myriam, que hizo unas octavillas contra la brutalidad policial en las manifestaciones del 68; Julia, que se le ocurrió echarse un novio italiano y luego dejarlo; Klaus Renft, que era un músico de rock; y “frau” Paul, una mujer que tuvo un hijo unos meses antes de la construcción del primer muro –hubo cuatro- y como estaba muy enfermo lo llevaron a un hospital de Berlín occidental. 

Anna Funder

Para los que ya tenemos una edad, la caída del Muro es un acontecimiento que hemos vivido, aunque leyendo el libro parece que está hablando de otra época oscura ocurrida hace muchos años. No olvides que cayó tres años después del referéndum de la OTAN en España (yo hice la mili cuando existían dos bloques antagónicos), y que habían pasado tres años cuando se celebraron los Juegos Olímpicos de Barcelona.



Otra vez me encuentro con la creatividad del editor en español del título del libro “Stasiland: true stories from behind the Berlin wall”; en la edición en español se ha caído la palabra “reales”. De tal manera que hasta que no has leído bastantes páginas no sabes si es verdad o ficción.


Anna Funder nació en 1966 en Melbourne (Australia). Estudió en la University of Technology de Sidney y en la Universidad de Melbourne. Según su página web, antes de convertirse en escritora a tiempo completo a finales de los 90, trabajó como abogada para el gobierno australiano en temas internacionales de derechos humanos, derecho constitucional y negociación de tratados. Antes de deshacerse de su carrera como abogada para escribir Stasiland, trabajó durante un tiempo como documentalista y productora de radio y televisión para la cadena ABC. Por esta novela ha ganado el premio Samuel Johnson de la BBC. Su segunda novela se titula “Todo lo que soy”, publicada en 2012.

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