lunes, 2 de junio de 2014

Dolores Aleixandre: Escondido centro. Por Javier Sánchez Villegas

Aleixandre, Dolores: Escondido centro. Viaje al interior de 25 palabras bíblicas. Sal Terrae, Santander, 2014. Colección "El Pozo de Siquem" 326. 156 páginas. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

Hace tiempo que tengo ganas de presentaros este libro de Dolores Aleixandre, autora muy conocida por estos lares y, por lo que acabo de ver, en el mundo entero. Acabo de recibir una carta de Sal Terrae en la que cuentan en qué caseta están en la Feria del Libro de Madrid (feria que comienza siempre el último fin de semana de mayo y dura dos semanas). Hasta aquí todo es correcto. Lo que me llama la atención de dicha carta es que, como reclamo a los potenciales clientes que son suscriptores de alguna de sus revistas, se dice que "queremos obsequiarle con un libro de Dolores Aleixandre, la teóloga predilecta del Papa Francisco y cuya lectura recomienda". Os prometo que no sabía que el Papa sintiera predilección por Dolores ni que recomendara su lectura. Esto, como es obvio, me llena de orgullo (soy amigo de Dolores); por otra parte, me encanta que el Papa y yo compartamos lecturas y autores (por lo menos uno). Así las cosas, me centro en el libro que nos ocupa.

Dolores, en la introducción, se remonta al año 1967, justo unos meses antes de matricularse en la Complutense de Madrid. Había ido a un retiro dado por un marianista en el que hablaba de los frutos del Espíritu. Para ello utilizaba los términos en griego. Esto hizo que ella se plantease algunas cuestiones: "¿Por qué nos han traducido tantas veces mal esos términos, que en su origen significaban otra cosa? ¿Pasará lo mismo con otros textos bíblicos? ¡Qué maravilla debe ser leerlos en la lengua en que se escribieron y no tener que depender de traducciones, que no siempre aciertan con el sentido de las palabras!". Esto fue lo que le motivó a estudiar Filología Bíblica Trilingüe. Gracias a esto, Dolores se encontró "con el regalo de poder acceder a las palabras de vida que iban a iluminar mi camino" y, de paso, nosotros podemos disfrutar de los libros de Dolores, en los que la Palabra de Dios cobra una vida nueva a partir de la lectura que ella misma hace de los términos hebreos y griegos en los que está escrita dicha Palabra.


De eso va este libro: de palabras hebreas y griegas (doce y trece). Cada capítulo está dedicado a un término, en el que se explica su significado y se ilustra con numerosas referencias bíblicas, las cuales te invitan a profundizar y a recorrer el camino hacia su "escondido centro". Y se cierra con "Palabras de otros viajeros" que recorrieron ese camino con anterioridad: poetas, pensadores, prosistas, teólogos... 
La palabra, ya lo sabían los antiguos griegos desde Heráclito, y los hebreos antes que ellos, es generadora de vida. No es extraño por tanto que, según la tradición, Dios creara el mundo a través de la palabra, del logos ("Y dijo Dios, hágase..."). No es extraño tampoco que san Juan, en el prólogo a su Evangelio, nos diga que "la Palabra se hizo carne" en Jesús. Por otra parte, a través de las palabras los humanos configuramos el pensamiento y, como consecuencia, la realidad, igual que Dios. A través de las palabras comenzamos a ser (lo primero que hacen los padres es poner un nombre a su hijo), y nuestra vida no es más que un relato en el que se va desarrollando nuestro ser en el mundo.
El libro de Dolores está lleno de palabras, pero de palabras con sentido, con vida, con eternidad. En el fondo son palabras que llenan la sed profunda del corazón humano. Por ello, y ya desde la imagen de la cubierta del libro, en la que aparece María abrazada a la Palabra de Dios (magnífico Rupnik en su Anunciación), todo te invita a saborear el contenido de este libro, el cual te remite a las Palabras de otro Libro, y a que esas palabras se encarnen en ti y sean generadoras de vida. No me extraña que Dolores sea la teóloga predilecta del papa. También es la mía. Así, sin más. Una cosa me queda por decir: no leas este libro, rézalo, rúmialo. Yo he tardado un mes en hacerlo. Que lo disfrutes, porque seguro que te va a encantar. Hasta la próxima.



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