lunes, 19 de agosto de 2013

David Safier: Maldito karma. Por Javier Sánchez Villegas

Safier, David: Maldito karma. Seix Barral, Barcelona, 2009 (edición original de 2007). Biblioteca Formentor. 315 páginas. Traducción de Lidia Álvarez Grifoll. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

Fue allá por febrero cuando comentamos la novela de David Safier, Jesús me quiere (ver aquí). Esa era su segunda novela. La primera que este autor alemán ha escrito es esta que ahora presentamos Maldito karma. Sí, ya sé que debería haber tenido en cuenta el orden cronológico, pero así son las cosas. En ocasiones uno accede a un autor a partir de una obra que te recomiendan o que te llama la atención en una librería, lo cual te lleva luego a leer las demás, ahora sí, en orden cronológico. Digo esto porque Safier tiene publicadas otras dos obras más en esta misma editorial, Seix Barral, tituladas Yo, mí, me... contigo (2011) y Una familia feliz (2012), y muy probablemente también las leeré, pero todo a su debido tiempo. De momento, centrémonos en esta que tenemos entre manos.

Maldito karma es una novela verdaderamente hilarante. Es cierto que yo esperaba muchísimo más de ella, porque todo el mundo me había dicho que era muy divertida y que me partiría de la risa con ella. El hecho es que cuando tienes unas expectativas muy altas, la novela no da la talla. Con esto no quiero decir que no esté bien. Es más, me atrevería a decir que es una novela muy buena. Pero, para mí, no llega a la altura de Jesús me quiere.

La protagonista de esta novela es Kim Lange, una presentadora de televisión que tiene mucho éxito en Alemania. Toda su vida profesional es perfecta, pero el resto es un desastre. De hecho, vive en una especie de realidad ombligocéntrica en la que no escatima medios para conseguir sus fines. Con otras palabras, es una mala persona. Más allá de su vida profesional, Kim engaña a su marido con otro hombre, nunca tiene tiempo para dedicárselo a su hija, prácticamente no se habla con su madre... Un desastre.
David Safier
Un día, tras recoger un premio prestigioso más en su espléndida carrera, muere aplastada por el lavabo de una estación espacial rusa que cae justo en el hotel en el que ella se encontraba hospedada. A partir de aquí todo cambia. Kim muere y se reencarna en hormiga. Contacta con Buda, el cual le explica que en su vida ha ido acumulando mal karma, y que por eso se ha reencarnado en un animal tan pequeño. Si quiere reencarnarse nuevamente en persona, tendrá que acumular buen karma. Kim, poco a poco, irá aprendiendo que el buen karma se consigue entregando su vida por los demás, haciendo el bien y superando su ego. Pero su afán de reencarnarse se vuelve una necesidad. Una amiga suya de toda la vida está tratando de consolar a su marido y de ocupar el puesto en su familia que ella no había sido capaz de cubrir. Y eso no lo puede soportar. Así, tras conocer a Casanova, al histórico amante por antonomasia, inicia un periplo que le lleva a reencarnarse en hormiga en su casa, en Potsdam; en conejillo de indias también en Potsdam; en vaca en Yorkton (Canadá); en lombriz en Irlanda; en escarabajo de la patata en Córcega; en ardilla en la frontera entre Holanda y Alemania; en perro nuevamente en su casa... hasta que, por fin, se vuelve a reencarnar en un ser humano, concretamente en una mujer muy obesa (ella que siempre se había preocupado hasta la extenuación por su apariencia física). La cuestión es si será capaz de recuperar a su familia. Mucho me temo que tendrás que leer el libro para saberlo. Bastante te he contado ya del argumento.

Esta novela, más allá de lo que he comentado anteriormente, se lee de un tirón. Yo me la leí en un día, aprovechando momentos de playa, siestas y demás. Y es verdad que te arranca alguna que otra sonrisa. En mi caso, no más que esto. También es cierto que nos la hemos leído todos los miembros de la familia (incluído Rodrigo) y a todos les ha encantado. Supongo que a ti también. Así que, ¡a disfrutarla!



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